TANGO…

 TANGO… 

Los mejores momentos de la vida no se eligen, solo se viven. 


Cada día, todas las organizaciones que ayudan a los animales reciben llamadas de personas que quieren adoptar un perrito, algunas de estas llamadas dicen: ¿No tiene uno cachorro y machito?, ¿de color X y de raza Y?, ¿mejor si es pequeño? ¿no tendrá uno qué no ladre mucho y que no bote mucho pelo?. 

Aunque todas las personas tienen derecho a elegir, ¿acaso elegimos a nuestros hermanos? ¿a los miembros de nuestra familia?, ¿a nuestros compañeros de curso? ¿a los compañeros de universidad?, ¿elegimos siquiera que clima será hoy?, no, esas vivencias solo llegan, no las elegimos, así un 20 de diciembre, recibí la llamada de un caso de un perrito ciego que necesitaba hogar temporal, ya que era voluntario de Amor Por Los Animales Bolivia en ese momento, aunque elegí contestar la llamada, no sabía para que era, me contaron la historia de TANGO, no había cuidado un perrito como hogar temporal, solo gatitos, porque vivo en un pequeño departamento que no es propio, luego de escuchar su historia: vivir encadenado dos años, sin mas espacio que unos metros cuadrados, perder la vista en ese tiempo y con solo el mínimo contacto humano de darle su comida y agua, me preguntaron si podía ser su hogar temporal, quisiera decir que dije NO DUDE NI UN SEGUNDO PARA AYUDARLO, pero la verdad es que sí dude, ¿Cómo podrás cuidarlo?, ¿vives solo y cuando no estés?, ¿y si ladra y los vecinos se molestan? ¿Si nunca cuidaste a un perrito además de ciego como lo harás?, muchas preguntas se vinieron a mi mente, preguntas que no tenían respuestas en ese momento. 


Al final luego de pensarlo un poco, supe que podía ayudarlo y lo ayude, aunque tenía miedo, eso no me impidió ayudarlo y me dije y les dije a la fundación "ESTA BIEN PERO SERA UN RETO". Luego de un día ya lo tenía en mi casa, una pequeña frazada para que duerma, un plato improvisado y otro para su agua, también improvisado. 

¿Cómo cuidas a un perrito ciego?, aprendí que el lugar donde duerme, el lugar donde come o toma su agua no deben moverse, aprendí que no debía haber nada en el suelo que pudiera hacerle daño, o que pueda comérselo, que los muebles era mejor no moveros, y que los perritos ciegos se guían primero por el olfato y luego por el sonido.

Pero Tango no ladraba, solo se quedaba inmóvil "mirando el vacío", se echaba y solo dormía, solo se levantaba para comer y hacer lo mínimo, llevarlo a una pequeña terraza a la que tengo acceso para que haga sus necesidades; los primeros días se convirtió en todo un reto porque no quería caminar, poco a poco se fue desenvolviendo mejor, en una semana aprendió a subirse a la cama, a los muebles y a bajar, aunque al principio tenía miedo porque no podía ver cuán alto era, con un poco de ayuda ya aprendió.

A las dos semanas ya me conocía y ya podía moverse por el departamento con más facilidad, me recibía alegre, sabia donde tomar agua y comer, ya podía salir solo a la terracita, sabía dónde estaba la puerta de acceso, aprendí en ese tiempo que es mejor que tenga un plato de comida anti volteo, que para su agua, lo mejor era un pequeño bañador plano, porque al tomar agua tienden a salpicar pero con el bañador plano ya no pasa eso. 

A las tres semanas, “recordó” el instinto de perro de enterrar su comida y asi lo hacía, con un trozo de pan o un huesito, lo enterraba en donde pudiera, muebles, sofá, la cama, donde sea, recién en un mes comenzó a jugar “solo” con sus juguetes con sonido, pequeños peluches con cascabeles y comenzó a ladrar, tardo un mes en ladrar, fue una alegría grande ver a un perrito rehabilitado, ya podía salir a pasear, aprendió a bajar las gradas aun lo hace con calma, aprendió a subirlas, eso lo hace mucho mejor, luego de unos dos meses estaba listo para ser adoptado. 


Esto se logró con amor, paciencia y mucha rutina, los perritos ciegos necesitan de la rutina para que sientan seguridad, un perro ciego es muy inseguro y esto genera muchas veces miedo o incluso hasta agresividad por miedo. Tango no puede estar con otros perritos o gatitos, porque tiene la tendencia a pelear con ellos, es muy sociable con las personas, pero inseguro con otros perritos. 

Tango tiene cataratas muy avanzadas y aunque se pudiera operar no podrá ver nuevamente, tiene ya 9 años, y en esa condición se hace más difícil que una familia lo quiera adoptar, esperó por más de 4 meses (6 en estar conmigo) y solo tres familias posiblemente que lo pudieran adoptar se interesaron por él, las personas creen que tener a un perrito ciego es mucho más trabajo que tener a un perrito “normal” y por mi experiencia les digo que es al contrario, un perrito ciego es menos activo por su misma condición, por tanto no anda mordiendo todo, aunque juega solo, no corre por todas partes como lo haría un perrito que no está ciego, aunque a veces se choca con algunos muebles, como camina lento no se hace daño, en resumen es más fácil cuidar a un perrito ciego. 


Lastimosamente ninguna familia vio lo que en verdad Tango podía dar, mucho amor incondicional, luego de tanto tiempo sin encontrar un adoptante decidí adoptarlo, ya nos conocíamos, ya tiene su rutina, también quisiera decir que fue una decisión fácil, pero ninguna decisión importante en la vida es fácil, adoptarlo significaba, que ya no podría viajar, sabía que no podría dejarlo en un hotel para perros, al haber vivido dos años encadenado no sería justo que siquiera este un día encerrado en una jaula en un hotel para perros, que sería difícil conseguir un lugar donde lo cuiden y donde no hubiera otros perritos, que si encontrara un trabajo que requeriría viajar tendría que dejarlo, sabía que tiene ya 8 años y que tiene cataratas, que algún día tendrá que cruzar el arcoíris, ya que si su enfermedad avanzara puede causar mucho dolor, y eso se debe considerar en su momento, sabía que ya no podría ayudar a otros perritos o gatitos como hogar temporal hasta que Tango pueda socializar totalmente, condición que es muy difícil por su edad y estado, pero aun así decidí adoptarlo, luego de 6 meses y luego de atender una llamada que no sabía de qué se trataría. 

Aunque ya no puedo ayudar a otros perritos o gatitos como hogar temporal, hice mi parte, ya no puedo cambiar el mundo de muchos perritos, pero elegí cambiar el mundo de solo uno, que ahora es parte de mi familia, los dos somos familia. Aun en la calle cuando salgo a pasear con él, camina como si viera por donde va, solo tengo cuidado con las aceras cuando sube y baja a la calle, y con los postes de luz, o cuando se acerca otro perrito por curioso, mucha gente no cree que este ciego y cuando lo ven me dicen “pobrecito”, “es mejor que lo haga dormir” “pero si está sufriendo”, y yo estoy explicándoles cinco minutos, que un perrito VE con el olfato, que come igual, que juega igual, que pasea igual, que se desenvuelve como cualquier perrito “normal”, que no sufre por esa condición, que es feliz así como esta unos entienden y otros no, les explico que solo hay que tenerle más paciencia y mas cariño. Todos los perritos, merecen una oportunidad, sea ciego, viejito, igual la merecen, aunque sea mínima pero merecen su oportunidad, si en verdad quieres adoptar a un perrito solo debes considerar si TU tienes las condiciones necesarias para tenerlo y no si EL es el perrito perfecto que buscas, uno pequeño, cachorro que no ladre mucho, ni bote mucho pelo, que sea de raza X y color Y. Tanguito llegó a mi vida sin esperarlo y se quedó y espero sea por muchos años. 

Garin Tintaya.




Actualización
:

Tango vivió muchos años feliz, hace un año y medio cruzo el arcoíris, con 18 años, vivió mucho mas de lo que pensaba pero fue muy feliz y yo también, siempre lo extrañare... 


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